Disrafismo espinal
Se define como disrafismo espinal como una patología caracterizada por la incompleta formación del tubo neural; dicha lesión se encuentra cubierta por piel.
El diagnóstico precoz es de gran importancia puesto que gracias a una cirugía a tiempo puede prevenir daño neurológico irreversible.
Puede darse un solo disrafismo o varios. Hoy en día se conoce diversas alteraciones relacionadas con el disrafismo espinal, como por ejemplo la mielomeningocele y el seno dérmico (disrafismo espinal no oculto), la médula anclada y el lipoma filum (disrafismo espinal oculto).
Mielomeningocele
El tubo neural se forma durante los primeros meses del embarazo y se cierra 28 días después de la concepción.
Cuando el tubo neural no se forma o no se cierra como debe produce malformaciones en la médula espinal y en los huesos de la columna vertebral que es lo que se define como disrafismo espinal.
La mielomeningocele según el tipo de defecto, tamaño, la ubicación y complicaciones podría clasificarse como leve y grave.
La cirugía es la técnica que se utiliza como tratamiento temprano para la espina bífida aunque no siempre se resuelve la lesión por completo.
Hoy en día podemos encontrar 3 tipos de espina bífida:
- la espina bífida oculta, que consiste en una lesión de menos gravedad, la meningocele y la mielomeningocele.
La espina bífida oculta consiste en una pequeña separación o hueco entre las vértebras de la columna vertebral. Muchas personas tienen espina bífida oculta y ni siquiera lo conocen. Normalmente se descubre mediante una prueba diagnóstica realizada por otros motivos.
- La meningocele es otro de los tipos de espina bífida. Las meninges, son las membranas protectoras de la médula espinal, sobresalen a través de la abertura de las vértebras y forman un saco lleno de líquido sin contener tejido neural.
La mielomeningocele también se conoce como espina bífida abierta y es el tipo más grave de espina bífida.
La mielomeningocele se trata de una lesión donde los nervios raquídeos y membranas y/o la médula espinal sobresalen a través de la abertura de las vértebras y forman un saco en la espalda del bebé.
En muchos casos, nervios y tejidos quedan expuestos fuera del cuerpo del bebé y esto hace que sea propenso a tener infecciones que conlleva a poner en riesgo la vida del bebé.